miércoles, 15 de febrero de 2012

Día 7

Llenarse de dolor
es como llenarse de vida.
Tú no entiendes,
dices: no estés triste
cada día hay demasiadas
muertes repentinas.
Yo apenas me agarro aún
a las últimas y tropiezo
para ver si cortan
con sus cristales
mis pies de enredadera.

Sé que hacer con el dolor
que se amontona,
hago filigranas o lo guardo
en los cajones con hojas de laurel.

Ahora la noche me desaloja
por falta de billetes y canciones,
yo me invento penas donde guarecerme:
ausencia, Aracne envenenada,
el mercurio sobrante cubriendo
los dientes de oro que nunca tendré.

n.m.


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